Es lo mejor que podemos hacer por nosotros mismos, sin lugar a dudas.
Puede que te suceda que tienes muchas ganas de que pase algo, que te llame esa persona que te gusta, que te llamen para una entrevista de trabajo en esa empresa que tanto deseas, que tu sueño, por el que has luchado tantísimo, con tanto esfuerzo, dedicación, esperanza, fe, y no ves los resultados deseados. Has aplicado de todo, has orado, meditado, te has rodeados de la naturaleza, de personas optimistas, pero nada, nada de nada…te frustras, no sabes si continuar, si seguir adelante, le pides a Diosito que te ayude, que te mande una señal, lo hace, pero sigues sin conseguirlo. Entonces te preguntas: ¿Qué está fallando? ¿Qué me impide volar?
Tienes que parar en seco. Tirar del freno de mano y estar dispuesto a cambiar, pero no solo cambiar algunas de tus rutinas diarias, no amigo, eso sería muy sencillo, demasiado, diría yo. Tienes que ir mucho más allá. Tienes que hacer una auténtica revolución personal y cambiar tu interior, entonces, y solo entonces, podrás ver cambios en tu mundo exterior. Van a ser cambios extraordinarios, te lo aseguro, te quedarás sin habla, pero recuerda, este trabajo únicamente lo puedes hacer tú, nadie más que tú. ¿A qué esperas? ¿Al momento perfecto? No lo hay. Siempre encontrarás excusas, distracciones, y al final, entre unas cosas u otras, no lo harás jamás y será peor, así que, lánzate y actúa ya, pero ya es ya.
Por mucho que hiciera, por mucho que trabajara, por mucho que me rebanara los sesos para generar ideas brillantes, originales, diferentes, publicaciones, historias, fotos mías, donativos a iglesias, descuentos, nada daba sus frutos. Estaba convencida que iba a cosechar, pero no. Aunque tenía plena confianza en Jesús y en mí, no obtenía los resultados deseados. Había muchos días que quería tirar la toalla, pero mi intuición, mi Pepito Grillo, mi vocecita interior, la voz de mi alma, siempre me animaban a continuar. A parte de gritarme desde lo más profundo de mi ser, también me mandaban imágenes externas en forma de señales, cómo no, un faro, para que siguiera intentándolo y no me rindiese. Les hice caso, pero con muchos cambios, interiores y exteriores.
Este libro maravilloso que comparto en este post contigo, ha sido una de las mejores cosas que me ha podido pasar. Después de muchos años, volvió a caer en mis manos, gracias a una historia de Instagram de una escritora, Laura Chica, a la que sigo y admiro. Si te interesa la historia completa, házmelo saber en los comentarios y te la narraré encantada (es cortita y muy bonita) Prácticamente al principio de su “re-lectura”, me topé con la siguiente frase “Rápidamente comencé un programa de autocuración que me tomé muy en serio”.
¿¿Autocuración?? ¿¿De qué va esto?? Cómo me llamó poderosamente la atención, me puse a investigar en la web. Un artículo te lleva a otro, a otro, y otro, y así a montones, a cada cual más interesante hablándote del asunto, llenándote de esa información tan necesaria para ti, en ese momento específico. Pero no solamente hay que leerlo y punto, no sirve de nada, lo crucial es aplicarlo, ponerlo en práctica. No sabía muy bien por donde empezar con mi curación y le pedí a Diosito que fuese mi guía y me indicara por donde debía comenzar. Dicho y hecho. Una parte a la vez, y cuando esa parte de mi sanó, me indicó la siguiente a trabajar. Pasito a paso, curación a curación. Despacito pero segura.
Lo primero que hice por mí misma fue una “rr.sstox”, lo mejor que pude hacer, ya que me estresaba poner un contenido interesante a diario. No quería publicar cualquier cosa, así que decidí despedirme temporalmente de mis seguidores. A veces lo añoro, pero bueno, es beneficioso para mí. Cuando sea el momento volveré, con toda la fuerza, ganas e ilusión del mundo. A veces hay que desconectar para ver las cosas desde otra perspectiva.
Posteriormente tuve una fuerte discusión con una persona muy importante en mi vida, que me habló fatal, faltándome al respeto sin venir a cuento, y le contesté, enfrentándome a ella, contestando en un tono fuerte y tajante, “tú a mí no me hablas así…”. Soy un alma sensible y, hace unos años, hubiese roto a llorar, pero no lo hice. Me sentí muy contenta conmigo misma, por mi respuesta. A día de hoy no nos hablamos. Me dolió profundamente, pero hasta que no se disculpe, seguiremos igual. Gracias a esa persona y ese momento tan desagradable, he aprendido a quererme mucho más y a establecer mis líneas rojas. Le estaré eternamente agradecida. También me he perdonado a mí misma por haber atraído ese desafortunado suceso a mi vida.
También he aprendido a enfrentarme a mis miedos, a personas tóxicas, sacarlas de mi vida. A buscar a Dios y la conexión con él en mi interior, a diario, esto lo primero de todo. Agradecer, en cuanto me despierto, aún en la cama, por un nuevo día en mi preciosa vida, por mi cama y almohada confortables…A cuidarme más, haciendo ejercicio, comiendo sano (alguna vez me doy algún premio, un helado de chocolate brutal de Mercadona 😂, por ejemplo), durmiendo ocho horas, regalándome muchos momentos para mí, para disfrutar de lo que me gusta, estar con mi marido, mi mami, mi perra preciosa, cuidar de mi familia por parte de mi marido (no me gusta decir política), escribir, leer, pasear por la naturaleza, tener siempre pensamientos positivos, hacer respiraciones conscientes, y muchas cosas más... ¡ay! Perdón, que empiezo y no paro…😊
Resumiendo y para finalizar ya, quiérete, ámate con locura, mímate, siéntete orgulloso de la persona tan fenomenal en la que te estás convirtiendo, gracias a tus experiencias presentes y pasadas, anteponte a los demás, siempre tú primero, y no, no es egoísmo, no, es tu amor por ti. Lucha por tus sueños, prohibido rendirse, a pesar de los comentarios desalentadores que te puedan decir los demás, de lo poco fácil que pueda ser tu camino. Puede que necesites un descanso, un respiro, desconectar, dar lo mejor de ti a los demás, a los que están atravesando una tormenta oscura en sus vidas y ser su luz, su faro. Permítelo. Date tu tiempo necesario. No hay prisa. Crece, evoluciona, vuela. Eres la persona que va a estar siempre en tu vida, disfruta de tu propia compañía. Mírate por las mañanas al espejo y dite a ti mismo “Te amo, de veras te amo. ¿Qué puedo hacer hoy por ti para hacerte sumamente feliz? ¡Estás guapísima, pibón, delgada, fabulosa!” Lánzate besos, y verás lo que sucede…Pruébalo y, en unos pocos días de práctica, verás verdaderos cambios en tu vida. ¡¡¡Qué emoción!!! ¡¡¡Go for it!!!
No busques agradar a otros, busca agradarte a ti
La aceptación hacia una misma es mucho más importante que la aceptación de los demás
Eso que esperas recibir, dátelo tú 😍
💕💖💕